miércoles, 29 de febrero de 2012

Las cuarentas.

Aprendí todo lo malo, aprendí todo lo bueno,
sé del beso que se compra, sé del beso que se da;
del amigo que es amigo siempre y cuando le convenga,
y sé que con mucha plata uno vale mucho más.

Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;

no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!


Tango de Roberto Grela y Francisco Gorrindo

sábado, 4 de febrero de 2012

Me voy a dormir...

Porque tengo que estudiar.
Porque recién me bañé.
Porque la noche es corta, y a la vez, tan larga.
Porque mis sueños perduran en las penumbras de la vida.
Porque me permito vivir lo que (seguramente) no lo hago por prejuicios.
Porque me creo feliz en instantes ingravidos.
Porque mis lagrimas yacen escondidas y para siempre en una almohada húmeda de tantas noches.
Porque respiro solemnemente con los ojos mirandos hacía dentro de mi ser.
¿Por qué  "El General en su laberinto me llama? ¿O serán mis laberintos? (aunque lejos de ser los de él).
Porque la noche me da una paz plausible.
Porque me gusta sentirme en el silencio de la oscuridad infinita.
Y, tal vez, porque dejo estar en la realidad, solo por mutus propia.

Hasta mañana.