lunes, 16 de abril de 2012

¿Por qué?

Sin dudas es una pregunta sin respuestas, es casi un dilema.
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No tengo en claro el por qué, valga la redundancia, el por qué nunca se entiende y nunca  concluye.
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Pasa el tiempo, y acá abajo, en el medio de la panza, siento un tirón.
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No lo se, no lo comprendo, no se por qué, siempre valiéndome de mis recursos poéticos, siento este por qué.
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Dejo que pase, vuelvo a mirar, vuelvo a caer y a su vez la situación que se genera es igual a un: por qué.
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Desconozco, no lo sé, incomprensible, inentendible, faltante, ausente, injustificable, inadmisible éste por qué.
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Por un principio, y solo como eso, un simple comienzo de  una larga discusión sin fin, voy a decir: Porque…