lunes, 28 de diciembre de 2009

Que asco...

...ese olor pestilente que siento en el aire.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Mediocres.


Es impresionante como a la gente el querer creer o poder ser mas que otras personas de su mismo "nivel" lleguen a tal mediocridad y bajes, de manera tal que no existe ningún tipo de respeto hacia sus ideas y opiniones. Donde todo se destruye por una simple creencia de existencia de poder, que es visto que es tan volátil como estas pobres palabras.

¿Hasta qué altura el hombre puede auto traicionarse?
Pregunta que me hago día a día y aun no he encontrado respuesta. El querer entender que tan frágil puede llegar a ser la línea entre ese respeto hacia uno mismo y el dejarse caer ante la pequeña muestra de superioridad. Eso es debilidad, fuerte y triste flaqueza que presenta el ser humano hoy por hoy, por falta de valores y de educación frente a tus creencias, propias e indubitables.

Que grande es la vida y que poco valor se le tiene. Pensar que las ideas te forman como persona, como ser que puede cambiar el flujo del momento. Es increíble que no exista esa concientización de lo que cada uno de nosotros podemos llegar hacer y transformar, que podemos modificar a otro, llegarle y lograr hacer reaccionar a nuestro par.
Teniendo este poder y pudiendo usarlo para cosas impresionantes con miles de sentidos, solo lo derrochamos y lo dejamos de lado, sin darle importancia y rindiendo nos frente a la primera que se nos muestra altura y autoridad.

Que débiles somos y cada momento que pasa reafirmo y confirmo mi pensamiento. Somos el animal más frágil, además el que se cree superior a todos y a si mismo.


Los mediocres solo son una pequeña piedra que estorba y entorpece el andar de todos los seres que creen en sus mentes y en el poder de la misma.



[cajoncito de los recuerdos]

martes, 15 de diciembre de 2009

Prácticamente negada.

Sin imaginación.
Sin ideas.
Sin originalidades.
Sin planes.
Sin...

Solo

Solo,
con mi esqueleto,
mi sombra,
mis arterias,
como un sapo en su cueva,
asomado al verano,
entre miles de insectos
que saltan,
retroceden,
se atropellan,
fallecen;
en una delirante actividad sin rumbo,
inútil,
arbitraria,
febril,
idéntica a la fiebre
que sufren las ciudades.
Solo,
con la ventana
abierta a las estrellas,
entre árboles y muebles que ignoran mi existencia,
sin deseos de irme,
ni ganas de quedarme
a vivir otras noches,
aquí,
o en otra parte,
con el mismo esqueleto,
y las mismas arterias,
como un sapo en su cueva
circundado de insectos.

Oliverio Girondo.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Dados redondos...


Pensar que no dijo nada… Claro así de fácil la haría, pero no, las cosas nunca son así. Prácticamente la cabeza va más rápido el corazón pero si nos detenemos a escuchar muy atentamente nos daríamos cuenta que ese sonido que creemos saber que viene del centro del pecho, en verdad son los pensamientos que llegan a nuestros sentidos como si fueran unos simple latidos. Y nunca……. Nos damos cuenta de que en verdad…. ¿Qué verdad?.